No me hables de dios, no me hables de karma. No me hables de rezos, no me hables de mantras. No me hables de piedras, no me hables de magia. No me hables reiki, no me hace falta. Háblame de ciencia, dime que estudias, háblame de poesía y de literatura, hazme una pintura, diseña un nuevo juego, pero no me hables de suprimir mi ego. Practica tú el puto desapego, a mi quiéreme mucho. Respeta a los que quiero y las causas por las que lucho. Si vienes con magufadas no escucho. La mitad de iluminados son yonquis que han visto pitufos. Si respeto tu derecho a ser idiota al final habrá idiotas hasta en la sopa, también en la mía, por eso tu respeta que me ría. Hay que combatir tu psicomagia con ironía. Tu estupidez diría. Averías de tu cabeza perdida, que pareces más tonto por días. No me hables de yoga, practica un deporte. No me hables de drogas, haz que me importe. No jodas. El estado es la peor secta de todas. Control coercitivo a todas horas, me doy cuenta. Pero no te va a salvar ningún mesías. Cuidado que esa gente te vacía las cuentas. Están otra vez de moda exigiéndote que abras los ojos. Cuidado que te vacían las cuencas. Vendehúmos y coachs, timadores, gurús y flojos que te quieren poner mirando a Cuenca. No me hables de astros, no me eches las cartas. No me hables de constelaciones ni eneagramas. No me hables de tu vasca petados de la ayahuasca. No sé si lo captas, no me hace falta. Yo cuando medito no pongo mi mente en blanco. Reflexiono mucho para dar en el blanco. Om. ¿Qué clase de consejo es “no pienses”? Si quieren pensar por ti, piénsatelo dos veces. ¿En qué ayuda estar en ayunas? ¿Hipoglucémico, cómo despejar tus dudas? Ni Cristo, ni Alá, ni Buda, la religión es basura. “Ave Gurú, los que van a palmar pasta te saludan.” Desesperados en busca de una cura. El miedo les anida, la red de la magia les anuda. No creen en la sanidad, de la farmafia sudan, pero empezar tarde la quimio es cosa cruda. Todo es posible, yo hablo con los muertos que no se han muerto aún, y a ti te han llevado al huerto. El poder de la mente hizo rico a tu maestro y a ti te hizo un adepto. Un pobre infeliz que endiosa escorias. “¿Pero corpóreas?” Te han engañado con el palo y la zanahoria. Aléjate de esa retórica que históricamente solo trajo lamento a la historia, si de tu mente han borrado la memoria. Tu tenías familia, ahora tienes un ente come-ollas. Tu entorno de paranoias que te han fundido un cable. Mira, mejor no me hables. No me hables de dios, no me hables de karma. No me hables de rezos, no me hace falta. No me hables de piedras, no me hables de magia. No me hables reiki, no me hace falta. No me hables de astros, no me eches las cartas. No me hables de mantras, no me hace falta. No me hables de tu vasca, petados de la ayahuasca. No sé si te coscas, que a mí no me captas. A mí no me captas. No me hables de energías, ni me hables del horóscopo. Tengo el poder del “más acá”, que no es poco.